Vita brevis, ars longa

.

Paisajes V. Lorenzo Costa "El Viejo"

Posted in By Señor Mosby 0 comentarios

Lorenzo Costa (Ferrara, 1460 – Mantua, 5 de marzo de 1535) fue un pintor renacentista italiano. Aunque nació en Ferrara, su actividad artística la desarrolló en la ciudad de Bolonia.

En 1483 pintó su famosa Virgen con el Niño y la familia Bentivoglio, y otros frescos en los muros de la Capilla Bentivoglio de San Maggiore. En 1509 marchó a Mantua, donde trabajó para el marqués Francesco Gonzaga. La muerte le sorprendió allí

Sus hijos, Ippolito Costa y Girolamo Costa, también fueron pintores, así como el hijo de Girolamo, Lorenzo Costa el Joven (1537 - 1583).

Fue gran amigo de su colega Francesco Francia, que recibió una gran influencia en su estilo de Costa. Alumnos y colaboradores suyos fueron Cosimo Tura, Dosso Dossi, Ludovico Mazzolino y Niccolò Pisano (1470 - 1538).

En cuanto a los paisajes de este pintor, aún no tienen la entidad propia del género, son meros complementos de la representación principal. Podemos ver como se pueden observar de fondo elementos de la naturaleza, como sirven como mero telón decorativo a temas religiosos, mitológicos o retratos. Son paisajes muy idealizados, lejos del realismo de años posteriores y sin apenas perspectiva. Muestran una cierta inociencia en su elaboración y resaltan los colores vivos y cálidos.

Atribuido a Lorenzo Costa, en este retrato de un cardenal en su estudio observamos el paisaje a través de una ventana.




"Los argonautas", paisaje idealizado, sin perspectiva con alguna desproporción



"Isabella d'Este en el reino del Amor", muestra de paisaje alegórico, alejado de la realidad.



Como en el anterior, en "El reino de la poesía y el amor", vemos las ruinas y una naturaleza alejada de modelos reales.



En esta "Sagrada Familia", como en el caso anterior del cardenal, el paisaje aparece a través de un ventanal al fondo, dando la sensación de profundidad en el cuadro.

Paisajes IV. Velázquez y Villa Médicis.

Posted in By Señor Mosby 0 comentarios

Estando, hace ya unos cuantos años, en clase de Historia del Arte en C.O.U., la única clase que despertaba mi interés por si misma, la profesora nos explicó la vida y obra de Velázquez. Una de las dia positivas utilizadas para tal fin fue la "Vista del jardín de la Villa Médicis en Roma", frente a las obras más conocidas este paisaje pasó un poco desapercibido, teníamos que centrarnos en el examen de Selectividad y no había tiempo que perder en recreaciones, dudas u otra distracción cualquiera.
Dos años después, en la Facultad de Filosofía y Letras de Cádiz, concretamente en la asignatura de Arte Español Moderno, volví a ver este paisaje, esta vez con más tiempo y mejor explicado, supe entonces que este cuadro fue pintado en el primer viaje de Velázquez a Italia y que fue ha sido precursor de los paisajes impresionistas del XIX. Desde aquí no podía dejar de homenajear uno de mis cuadros favoritos, una de esas obras que gustan y no se sabe muy bien por qué; simplemente gustan, es algo instintivo.
Una muestra de uno de mis paisajes favoritos y del otro paisaje pintado también en Villa Médicis por Velázquez durante su primer viaje a Italia, complemento perfecto para mi gusto y que podría estar observando durante horas.

Vista del jardín de la Villa Médicis en Roma



Vista del jardín de la villa Medicea

El paisaje en los Siglos XIX y XX

Posted in By Señor Mosby 0 comentarios



Continuación de la historia del paisajismo, ahora el siglo XIX y XX.

Evolucion del paisaje renacentista y barroco

Posted in By Señor Mosby 0 comentarios



Excelente video sobre la evolución del paisaje durante el Renacimiento y el Barroco. Conciso, claro y muy bien explicado.

Paisajes III.Jan Josephsz van Goyen.

Posted in By Señor Mosby 0 comentarios

Paisajista por excelencia, dentro de la escuela holandesa del Barroco, los paisajes de van Goyen tiene la mágia especial de la pintura del Norte europeo, donde los paisajes tienen una gran fuerza y parecen ventanas al pasado.

En cuanto a su biografía Wikipedia nos dice qie nació en Leyden. Estudió en su ciudad natal y en Haarlem, donde fue discípulo de Van de Velde. Hacia 1631 se trasladó a La Haya, donde fue director del gremio de pintores en 1640.

Desarrolló una manera muy personal de tratar los temas, acentuando la perspectiva y la iluminación y envolviendo sus paisajes en una melancólica atmósfera de grises y verdes. Fue un pionero del paisaje naturalista en la Holanda del siglo XVII y ejerció una considerable influencia sobre la pintura holandesa de su país, sobre todo a través de sus discípulos y de los artistas contemporáneos a éstos. Como principal representante de la etapa tonal de la pintura paisajística holandesa, Van Goyen centró su atención en los diferentes matices utilizados para el cielo y la atmósfera.

Se han catalogado más de mil obras, entre ellas: Paisaje (c.1636, Museo del Prado, Madrid, España), Paisaje con dos robles (1641, Rijksmuseum, Ámsterdam, Holanda) y Paisaje invernal con figuras en el hielo (1643, Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid.

Por otro lado, en la página ArteHistoria, completamos esta información:


Van Goyen fue uno de los primeros en orientar a la escuela paisajista holandesa por la vía del naturalismo. Se formó en el taller de Jan van Swanenburgh en Leiden, desplazándose a Haarlem donde frecuentó el taller de Esaías van de Velde, cuyas influencias se aprecian en sus primeros trabajos. Fue suegro de Jan Steen, y trabajó con Pieter de Molijn y Van Ruisdael. Algunos de sus paisajes tienden a una monocromía estricta, lo cual no casa con el estilo Barroco, por lo que se pensó que estaban deteriorados. Otro rasgo por el que se diferencia del resto de los paisajistas holandeses es que sitúa la acción humana en un lejano fondo, en lugar de en el primer plano. La monocromía de su estilo corresponde a la llamada Fase Tonal del barroco holandés, que también se dejó sentir en los cuadros de otros autores, como el ya citado Ruisdael, o en Vermeer de Delft. Van Goyen utilizaba gamas ocres, marrones y grises, con destellos de rojos, azules o verdes, que llaman la atención del espectador sobre detalles especiales de sus paisajes. Éstos son de los primeros paisajes holandeses en captar efectos atmosféricos de nubes y reflejos brumosos. Sus vistas suelen extenderse sobre amplias llanuras de horizontes bajos, y ostentan los mismos motivos repetidos en todas sus composiciones. Esto ha hecho pensar que Van Goyen trabajaba a partir de apuntes realizados del natural durante excursiones y que luego reutilizaba en su taller. Su obra es de una lírica única dentro del panorama holandés, muy similar a la de Ruisdael.

Incluimos un enlace con el Museo Thyssen para apreciar algunas de sus obras.

http://www.museothyssen.org/thyssen/ficha_artista/242

NOTA: Aunque en este post encontramos algunos ejemplos de paisajes con mar, las marinas de este mismo autor formaran parte de otra serie dedicada exclusivamente a los paisajes con mar, costa o playa.

Mostramos aquí algunos cuadros de este autor que podemos encontrar en Ciudad de la pintura:
















Paisajes II. José de Ribera "el Españoleto".

Posted in By Señor Mosby 0 comentarios


Continuamos nuestra serie de paisajes con otro genial pintor español de nuestro Barroco: José de Ribera ; pintor tenebrista español del siglo XVII, también conocido como Giusepe de Ribera o con su nombre italianizado: Giuseppe Ribera. Fue apodado por sus contemporáneos Lo Spagnoletto, «el españolito», por su baja estatura y porque reivindicaba sus orígenes firmando sus obras como «Jusepe de Ribera, español» o «setabense» (de Játiva). Ribera es un pintor destacado de la escuela española, aunque su obra se hizo íntegramente en Italia y de hecho, no se conocen ejemplos seguros de sus inicios en España.
Siguiendo la información de Wikipedia, que prometemos contrastar, diremos que:
Se cree que José de Ribera inició su aprendizaje con Francisco Ribalta, que tenía un taller muy frecuentado; pero al no conocerse obras de esta etapa, tal deducción es difícil de comprobar.

Ribera decidió marchar a Italia y seguir las huellas de Caravaggio. Así inició con unos 17 años (¿1608?) su viaje, primero al norte, a Cremona, Milán y a Parma, para ir luego a Roma, donde el artista conoció tanto la pintura clasicista de Reni y Ludovico Carracci como el áspero tenebrismo que desarrollaban los caravagistas holandeses residentes en la ciudad.

Finalmente, Ribera decidió instalarse en Nápoles, acaso al intuir que allí captaría una mayor clientela. En el verano de 1616 desembarcó Ribera en la famosa metrópoli a la sombra del Vesubio. Pronto se asentó en la casa del anciano pintor Giovanni Bernardino Azzolini, pintor que entonces no era muy conocido, al cual se atribuye una obra en la iglesia de Sant'Antonio al Seggio en Aversa: La coronación de la Virgen entre los santos Andrés y Pedro. Sólo tres meses después se casó Ribera con la hija de Azzolini, de dieciséis años de edad.

Había acabado su viaje, pero comenzaba el apogeo de su arte. En pocos años, José de Ribera, al que llamaron lo Spagnoletto, adquirió fama europea, gracias en gran parte a sus grabados; se sabe que incluso Rembrandt los tenía.

El uso del dramatismo de Caravaggio fue su punto fuerte. Inició una intensa producción que lo mantuvo alejado de su España, a donde nunca regresó, pero se sintió unido a su país gracias a que Nápoles era un virreinato español y punto de encuentro entre dos culturas figurativas, la ibérica y la italiana. Se cuenta que cuando preguntaron a Ribera por qué no regresaba a su país, él contestó: «En Nápoles me siento bien apreciado y pagado, por lo que sigo el adagio tan conocido: quien está bien, que no cambie». Y explicó: «Mi gran deseo es volver a España, pero hombres sabios me han dicho que allí se pierde el respeto a los artistas cuando están presentes, pues España es madre amantísima para los forasteros y madrastra cruel para sus hijos».

El apoyo de los virreyes y de otros altos cargos de origen español explica que sus obras llegasen en abundancia a la Península Ibérica; actualmente el Museo del Prado posee más de cuarenta cuadros suyos. Ya en vida era famoso en su tierra natal y prueba de ello es que Velázquez le visitó en Nápoles en 1630.

La fusión de influencias italianas y españolas dio lugar a obras como el Sileno Ebro (1626, hoy en Capodimonte) y El martirio de san Andrés (1628, en el Museo de Bellas Artes de Budapest). Comenzó entonces la rivalidad entre Ribera y el otro gran protagonista del siglo XVII napolitano, Massimo Stanzione.

En siglos posteriores, la apreciación del arte de Ribera se vio condicionada por una leyenda negra que le presentaba como un pintor fúnebre y desagradable, que pintaba obsesivamente temas de martirios con un verismo truculento. Un escritor afirmó que «Ribera empapaba el pincel en la sangre de los santos». Esta idea equivocada se impuso en los siglos XVIII y XIX, en parte por escritores extranjeros que no conocieron toda su producción. En realidad, Ribera evolucionó del tenebrismo inicial a un estilo más luminoso y ecléctico, con influencias del renacimiento veneciano y de la escultura antigua, y supo plasmar con igual acierto lo bello y lo terrible.

Su gama de colores se aclaró en la década de 1630, por influencia de Van Dyck y otros pintores, y a pesar de serios problemas de salud en la década siguiente, continuó produciendo obras importantes hasta su muerte.

José de Ribera está sepultado en la iglesia de Santa María del Parto en el barrio Mergellina de Nápoles.

Como ejemplo de su obra paisajística mostramo dos cuadros magníficos: "Paisaje con pastor" y "Paisaje con fortín" por este orden, en los que se puede sentir el aire puro que envuelve la escena.


Paisjes I. Ignacio de Iriarte.

Posted in By Señor Mosby 0 comentarios

El paisajismo fue considerado un género menor dentro de la pintura, ocupando siempre un plano secundario o complementario de escenas mitológicas- religiosas y retratos. Poco a poco, el género paisajísitco ha ido ganando la suficiente entidad para convertirse en un objeto estudio autónomo dentro de la pintura.
Con esta serie, pretendemos dar un visión de los paisajes y paisajistas que plasmaron un mundo pasado, real, ficticio o alegórico, que sirve para recordarnos la fuerza y belleza latentes en la Naturaleza: la más bella obra de arte. Rescataremos autores y obras y admiraremos aquellos más conocidos, por el simple hecho de deleitarnos con y en el Arte.
Iniciamos nuestra serie con el pintor vasco afincado en Sevilla en época barroca, Ignacio de Iriarte. En Wikipedia (muy a nuestro pesar), hemos localizado algunos datos biográficos del artista:
Ignacio de Iriarte (1621-1670) fue un pintor barroco español establecido en Sevilla donde se especializó en la pintura de paisajes.

Nacido en Azcoitia (Guipúzcoa), se desconocen sus primeros pasos en la pintura hasta que, hacia 1642, decidió trasladarse a Sevilla formándose en el taller de Francisco Herrera el Viejo. Allí llegó a dominar el uso de los colores, pero nunca llegó a desenvolverse bien con la figura humana, por lo que determinó dedicarse con preferencia a los paisajes, alentado por la presencia en la ciudad de una colonia de comerciantes nórdicos de gustos burgueses. Con ellos llegaría a obtener gran fama, hasta el punto de que, según Antonio Palomino, Murillo afirmaba que los hacía «por inspiración divina».

En 1646 casó con Doña Francisca de Chaves en Aracena, muerta prematuramente. De vuelta en Sevilla contrajo nuevo matrimonio en 1649. Fue miembro fundador de la Academia de Sevilla y su primer secretario en 1660 y, de nuevo, de 1667 a 1669. En ella rivalizó con Bartolomé Esteban Murillo, con quien también en alguna ocasión pudo colaborar. Murió en Sevilla en 1670, siendo enterrado en la capilla del Sagrario de la catedral.

Las obras seguras del pintor, aparte de una modesta Inmaculada firmada en 1664 en la colección March, se reducen a dos paisajes, uno puro, en la colección de los duques de Alba, firmado en 1660, y el Paisaje con pastores del Museo Nacional del Prado, de 1665, a partir de los cuales ha sido posible asignarle otros paisajes de naturaleza pujante, aunque interpretada a partir de grabados y en ocasiones con figuras trabajadas con cierto descuido, entre los que se encuentran los conservados en los museos de Bilbao y del Hermitage, así como dos dibujos firmados en el Louvre.


En la magnifica página de "Ciudad de la Pintura", hallamos ejemplos de su obra:








En posteriores entregas, retomaremos la obra de este autor, ampliando, incluso este post si fuese necesario. Por ahora un pequeño homenje para conjurar el olvido e inaugurar este nuevo blog.